Las cámaras fotográficas profesionales cuestan una pasta. Ya costaban una pasta (aunque no tanta) cuando eran analógicas, pero entonces tenían una vida útil del orden de diez o quince años. Sin embargo, a la velocidad a la que la tecnología digital avanza, una cámara de aficionado ofrece una mejor calidad de imagen que una cámara profesional cinco años más antigua. Así, cada dos o tres años, aunque nuestra cámara siga funcionando perfectamente, nos veremos tentados a comprar un nuevo modelo.
Aunque tal vez pensemos que esta dinámica va a seguir para siempre, podría tener los días contados. Si las cosas se hicieran honestamente, la calidad llegaría pronto a un nivel en el que simplemente no se necesitarían mejores cámaras (aunque fueran posibles). No obstante, parece que la estrategia de marketing de las marcas es vender cosas que no necesitamos y que frenan la carrera hacia una mejor calidad de imagen.
Un ejemplo de lo anterior es la obsesión por aumentar la resolución de los sensores. Uno de los factores que más contribuyen a la calidad de imagen es el cociente Señal/Ruido (S/N por signal to noise, en inglés). Si a un sensor le duplicamos el número de píxels nos ofrecerá un S/N aproximadamente 1.4 veces menor.
¿A qué es debida esta estrategia de las marcas? ¿Responde a una táctica maquiavélica para alargar esta fase de transición? ¿Han abandonado al profesional para dedicarse a satisfacer la vanidad de clientes ricos que se mueren de ganas de decir "mi cámara tiene más megapíxels que la tuya"?
Aunque tal vez pensemos que esta dinámica va a seguir para siempre, podría tener los días contados. Si las cosas se hicieran honestamente, la calidad llegaría pronto a un nivel en el que simplemente no se necesitarían mejores cámaras (aunque fueran posibles). No obstante, parece que la estrategia de marketing de las marcas es vender cosas que no necesitamos y que frenan la carrera hacia una mejor calidad de imagen.
Un ejemplo de lo anterior es la obsesión por aumentar la resolución de los sensores. Uno de los factores que más contribuyen a la calidad de imagen es el cociente Señal/Ruido (S/N por signal to noise, en inglés). Si a un sensor le duplicamos el número de píxels nos ofrecerá un S/N aproximadamente 1.4 veces menor.
¿A qué es debida esta estrategia de las marcas? ¿Responde a una táctica maquiavélica para alargar esta fase de transición? ¿Han abandonado al profesional para dedicarse a satisfacer la vanidad de clientes ricos que se mueren de ganas de decir "mi cámara tiene más megapíxels que la tuya"?